El blog de literatura renacentista


El blog de literatura renacentista

Publicación de los alumnos de la licenciatura en Letras Hispánicas de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (Gen. 2011-2015)

sábado, 12 de mayo de 2012

Con sabor español


El arte culinario renacentista español, es una gran fuente de datos culturales que nos aporta imágenes acerca de cómo era la vida en dicha época. El buen comer ha ido evolucionando a medida que lo ha hecho el hombre.

         Los diversos ingredientes y artefactos que se han ido inventando o perfeccionado a través del tiempo para transformar los alimentos, han conseguido mejorar el sabor de la comida y que ésta sea no sólo un medio de sustento, sino también un medio de goce y satisfacción. La llegada del Renacimiento marcó un hecho muy importante en este aspecto y es interesante conocer cómo se desarrolló en España, la cual se considera renacentista casi dos siglos después que Italia, justo al principio del Siglo de Oro Español.
         Con la llegada de este renacer cultural, comer empieza a ser casi un arte, y hasta fue considerada un enaltecimiento del poder, ya que se convirtió en un instrumento de goce y en uno de los elementos de diferenciación social más distintivos.
         Al principio del Renacimiento, casi todas las cocinas de Europa estaban influenciadas por las cocinas romana o árabe, y en la zona mediterránea por las dos. A partir de aquí todos los países comienzan a dar su toque personal a su forma de cocinar, ya que no era tan común ni tan fácil el intercambio de productos, sino que eran decisivos los aspectos climáticos, tipos de suelo, sequías, etc. Cada región tenía sus propias grasas, endulzantes y especias para sazonar su comida. En España la dominación árabe marca sus peculiaridades alimenticias, lo cual, inevitablemente constituye una fuente de influencia para la cultura española                                
         Con el progreso y la comunicación entre países, la comida y estilo de comer borgoñona se implanta en la corte española con el Emperador Carlos, a la vez que asume los platos de influencia italiana, aragonesa y catalana inspirados en los libros de Ruperto de Nola y anteriormente del Sent Soví.[1]
         Por otra parte la obligación religiosa del ayuno y la abstinencia condicionaron la vida de los ciudadanos en cuanto a cómo y qué comer esos días, debiéndose elaborar platillos específicos.

Hay que tener en cuenta también, la enorme importancia que daban los médicos de la época a la comida como sanadora de enfermedades y la confección de medicinas, como los “electuarios” que eran elaborados alimentos mezclados con hierbas y diversas raíces.
         La cocina española carecía de tomate, pimiento, tomatillo y papas. A pesar de eso,  en esa época había una cocina espléndida, elaborada con gran diversidad de alimentos, fundamentalmente carne de carnero, aves y pescados en aquellos lugares donde era posible obtenerlos en fresco, (incluso en ocasiones platos hechos con los pescados secos o ceciales). Se utilizaba grasa de animales (cerdo generalmente) para cocinar, mucha cebolla, especias, hierbas para sazonar y aderezar, una gran mezcla de sabores dulces y agrios, se empleaba el carnero como ingrediente estrella entre las carnes, se usaba moderadamente la carne de caza, se utilizaba abundantemente la almendra seca o en forma de leche y el aderezo final de muchos platos tenía canela y azúcar. También se utilizaban las especias para condimentar y atenuar los malos olores producidos por alimentos en mal estado, pero también eran útiles para conservar carne, frutas y en la preparación de adobos junto con la miel, los agrios, las frutas y multitud de hierbas aromáticas, lo que aunado a la gran cantidad de técnicas de cocina que se conocían hasta entonces, posibilitaban la idea de preparar la comida de forma elegante y sofisticada.
         De la cocina española del Renacimiento surge la “cocina mediterránea”, aunque no realmente como la concebimos ahora. Una cocina a base de verduras, legumbres, pocas proteínas animales, rica en pescados, aceite de oliva en abundancia, mucha fruta y poco queso era imposible en esa época, y mucho menos la presencia de ciertos elementos que hoy priman en esta denominación de "mediterránea" como son el tomate, el pimiento y la patata.
         Lo mejor para apreciar lo que era la cocina del Renacimiento es conocer una receta de Ruperto de Nola de un plato que sería famosísimo en la época y que el destacado cocinero denominaba “Mirrauste”:



Tomar almendras tostadas majadas con un migajón de pan remojado con buen caldo que quede bien espeso y después vaya al fuego con una onza de canela, luego tomaras palominos y cuando estén medio asados se quitan del fuego y se cortan en pedazos que pondrás a cocer con la salsa antes hecha añadiéndole azúcar y gordura de la olla dentro de la salsa. Una vez cocido poner las tajadas de las aves con su salsa sobre un plato en forma de escudilla y encima poner azúcar y canela y así se hace el mirrauste perfecto.

Esta receta de Nola  define con exactitud cómo era la cocina de aquella época y es un pequeño ejemplo de lo que fue una cocina creativa y rica, con múltiples sabores en desarrollo un poco contrapuestos para los gustos actuales.

Ana Laura Zermeño Cuéllar.



[1] (1324) Es un recetario de cocina medieval de autor anónimo y escrito en catalán. Se dispone de dos copias manuscritas originales, que se encuentran en la actualidad en la Universidad de Valencia y el la Biblioteca Universitaria de Barcelona. Fue publicado por primera vez en el año 1952.

1 comentario:

  1. Hola chicos, me agrada la idea del blog, esta entrada me encantó. Mi única sugerencia es que arreglen la presentación del blog para facilitar su lectura. Saludos.

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