El blog de literatura renacentista


El blog de literatura renacentista

Publicación de los alumnos de la licenciatura en Letras Hispánicas de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (Gen. 2011-2015)

lunes, 28 de mayo de 2012


CALISTO CON JUBÓN, MELIBEA CON ACUCHILLADO: CURIOSIDADES DE LA SOCIEDAD RENACENTISTA

Hemos hablado de la literatura renacentista: desde Petrarca, la poesía de Jorge Manrique, La Celestina, etc. Pero no conocemos mucho sobre la sociedad de esta época, ¿cómo era la sociedad renacentista?
Con los cambios en la economía, las comunicaciones y el transporte eran un poco más veloces que en el medievo, había más mercancías de lujo disponibles y por supuesto muchas de estas mercancías marcaron tendencia en la vestimenta, en los hábitos alimenticios e higiénicos.

VESTIMENTA
La vestimenta era un entretenimiento para las clases acomodadas, que exigían a los sastres la confección de sus ropajes de acuerdo al gusto popular.
En el Renacimiento era popular el estilo llamado “acuchillado” que consistía en cortes en los trajes que dejaban al descubierto el forro de los mismos. 
Otro estilo característico del Renacimiento y que perduraría a lo largo de este fue la gorguera, que en sus inicios era un cordón que fruncía el cuello de la camisa con el fin de crear volantes alrededor de la misma; con el uso del almidón, la gorguera comenzó a “perfeccionarse” haciendo que ésta ganara rigidez y permitir que fuera más gruesa pero al mismo tiempo más pesada y en mi opinión asfixiante.
 Los jubones con mangas que podían desprenderse y quitarse al gusto tambíen fueron una moda en el renacimiento.
Algunos accesorios populares en la Inglaterra renacentista fueron los abánicos y los pañuelos, regalo de la reina Isabel de Castilla y llevados por Cristóbal Colón en uno de sus viajes de descubrimiento . Los abanicos articulados se sujetaban al cinturón con una cadena o una cinta para dejar las manos libres. Tanto hombres como mujeres utilizaban pañuelos, que tenían carácter decorativo  y la mayoría eran de lino o seda; con el tiempo llegaron a estar adornados con encajes. El pañuelo fue considerado el accesorio de lujo, por lo que los pobres tenían prohibido su uso por ley.

El vestido femenino
Consistia en una camisa de manga larga bajo un vestido de cintura alta y de color llamativo; el escote en v invertida que llegaba hasta la cintura; el cuello se cubría con tela almidonada. Por supuesto la presencia del corsé era imprescindible y la falda del vestido poseía volumen gracias a que debajo de ésta había armazones que podían ser desde bolsas de salvado hasta complicadas armaduras metálicas.

LA COMIDA EN EL RENACIMIENTO
La alimentación de la sociedad renacentista se basaba en vegetales y cereales, la carne y los productos animales se reservaban para las clases acomodadas unicamente y sólo cuando el ganado lograba llegar hasta el invierno. Se podía conseguir pescado fresco pero al igual que la carne, sólo las clases altas podían permitirse este alimento.
Otro dato curioso relacionado a este tema era que el cuchillo como utensilio en la mesa comenzó a usarse en Venecia; al principio eran de sílex, luego de hueso, concha, piedra, etc. A finales del siglo XV aparecieron los cuchillos de mesa y las navajas, estos eran completamente puntiagudos porque los comensales los utilizaban de modadientes. Los tenedores en un principio poseían dos o tres puntas.

LA HIGIENE
Al igual que en el Medievo, en el Renacimiento no había mucha higiene. Se creía que poseer una capa de suciedad en el cuerpo garantizaba una defensa contra las enfermedades.
Catalina de Médicis dedicó gran parte de su tiempo al estudio de ungüentos y cremas; fue ella quien decidió introducir  la perfumería en Florencia. Y una de sus amigas fue quien instaló en París una de las primeras perfumerías. Obviamente estos negocios tuvieron mucho éxito pues se prefería perfumar el cuerpo que usar agua para asearse.Este rechazo al agua dió lugar a métodos de limpieza en seco: trapos para quitar la mugre, mudarse de camisa para que la nueva absorbiera la suciedad del cuerpo.

De nuevo observamos cómo los individuos atienden a las tendencias generales: el estilo ostentoso y exagerado en la vestimenta provoca furor aun cuando no era cómodo o saludable. Las sociedades siguen sus gustos, éstos al mismo tiempo están marcados por sus creencias y sus costumbres.


Gorguera

En la dama de la imagen se aprecia el estilo acuchillado
Cristina G.Rangel
                
Fuentes:
http://www.historiadeltraje.com.ar/renacimiento.html
http://robertomunoz.bligoo.com/content/view/299558/Renacimiento.html

martes, 22 de mayo de 2012

Síntesis de la película "La Celestina"


La película La Celestina es una adaptación al libro de Fernando de Rojas del mismo nombre, trata la historia trágica de un par de enamorados que viéndose engañados por los hechizos de Celestina acaban sucumbiendo a sus pasiones.

La historia habla de un joven mancebo llamado Calisto, que conoce a Melibea en la iglesia. El joven queda perdidamente enamorado de ella. Calisto sufre mucho por el amor de Melibea quien al parecer actúa con total indiferencia. Para poder lograr el amor de Melibea, Calisto recurre (por los consejos de su criado Sempronio) a la Celestina, hábil hechicera que tiene fama de poder hacer que cualquier mujer caiga a los pies del amado. Otro criado de Calisto de nombre Pármeno trata de advertirle a éste sobre los engaños de Celestina, consiguiendo con esto el descontento de su amo.
Mientras tanto Celestina, con la ayuda de sus artilugios y engaños consigue darle un cordón “encantado” a Melibea, haciendo de esta manera que la joven, antes muy reservada en cuestiones amorosas, termine deseando con la misma intensidad a Calisto. Además, la vieja logra obtener la lealtad de Pármeno con la ayuda de una prostituta llamada Areusa, con quien pasa una noche. Tras haber conseguido la ayuda de ambos sirvientes de Calisto  y, tras prometerles una parte de la riqueza ganada, Celestina logra que Melibea acepte entrevistarse con Calisto. Tras esta entrevista, ambos deciden verse la siguiente noche en el huerto. La noche de la entrevista ambos criados parten (después de dejar a Calisto en su casa) hacia casa de Celestina a cobrar su parte de la riqueza ganada, Celestina no les quiere dar el dinero, los criados, enojados por tal engaño terminan asesinando a Celestina en su propia casa; no pasa mucho cuando Elicia (amante de Sempronio y prostituta como Areusa)denuncia el homicidio con las autoridades, mismas que aprehenden a los asesinos y, a la mañana siguiente, son ejecutados en la plaza pública, siendo este acto presenciado por otro sirviente de Calisto llamado Sosia.
Tras la muerte de sus amantes, las prostitutas (que, gracias a sus artimañas y engañando al pobre de Sosia, logran saber el lugar del próximo encuentro entre Calisto y Melibea)  deciden tomar venganza en contra de Calisto, a quien culpan de la muerte de los criados. Van a ver a un matoncillo de nombre Centurio, quien acepta tomar venganza. Pero lo que las mujeres no saben es que Centurio es tan cobarde que manda a otra persona en su lugar (con el fin de armar pleito, mas no de matar) Calisto y Melibea se encuentran en el huerto, pero de pronto escuchan unas voces en la calle, voces que parecen ser las de sus criados, impulsado por el deber de un buen amo Calisto corre en ayuda de Sosia y Tristán cuando…

En mi opinión la película es buena, tiene unas escenas un tanto fuertes pero en general la historia se respeta en su mayoría. Existen algunos cambios en  relación al primer encuentro entre Calisto y Melibea: en el libro sucede en el huerto, mas en la película es en el interior de una iglesia. Sin más los invito a ver la película y a descubrir el emocionante y trágico final de La Celestina.
Sofía A. Villalva Camacho

sábado, 19 de mayo de 2012

La Celestina no acaba todavía


Cena 1°
PÁR Vamos, Sempronio, que aún nos falta mucho para llegar. Ya me duele el cuello de tanto arrastrarme, mira, mira acércate para que veas bien el raspón que me salió acá abajo… ¡pero ven rápido!
SEM Ya voy, ya voy. Espérame poquito que el corte que me hicieron les salió chueco y no puedo avanzar tan rápido.
PÁR Sí, ya sé. Todas esas desgracias nos pasaron por meter a Celestina en estas cosas de enamorados.
SEM No comiences a hablar de esa hechicera, que por su culpa estamos así, pagando el presagio que temía ocurriese desde que la metimos en eso.
PÁR (Aparte) Pero le seguiste la corriente, y por creerle nos fregó.
SEM ¿Qué dices que no te escucho? En fin, muévete que ya estamos cerca.
Cena 2°
CAL ¡Ay de mí! ¡Ay de mí! Me encuentro tan desdichado e insignificante sin ti, mi amada Melibea. Ni la muerte ha logrado arrancar este sentimiento que sólo tú provocas en mi ser. ¡Qué injusta y miserable es la muerte por separarme de ti!...
PÁR ¿Ese que escucho es Calisto? ¿Será verdad? ¿Acaso él también está aquí?
SEM Todo indica que sí, como siempre está hablando solo y lamentándose porque no está con Melibea. Hay que  acercarnos a ver si nos reconoce.
PÁR ¡Señor Calisto! ¡Qué sorpresa encontrarnos en este miserable e inmundo lugar!
CAL ¿Quién me habla? ¿Es Pármeno, fiel sirviente que me abandonó junto con Sempronio en las visitas que hacía a mi querida Melibea? ¿Pero dónde estás que no te veo? ¿O será acaso mi cabeza que juega con esta alma destrozada  y condenada?
PÁR ¡Acá abajo, señor!
CAL ¡Oh! ¿Pero qué hacen sus cabezas despegadas de sus cuerpos? Qué desagradable escena se presenta frente a mí.
SEM Fue el resultado del castigo que nos dieron por haber matado a Celestina, esa maldita mujer, traicionera y embustera.
CAL Qué desgracia esto que me cuentan. Pero bueno, ya que sé por qué se encuentran en tales condiciones… ¿qué hacen por aquí?
PÁRCreemos que nos dirigimos al mismo lugar… ¿para llegar a tu destino tienes que continuar todo derecho hasta ver una escalera que conduce a un agujero?
CAL Así es, Pármeno, pero ¿cómo lo sabes? ¿tú y Sempronio también van para allá?
SEM Sí, y más vale que nos apresuremos porque la plática nos ha retrasado más de lo permitido.
Cena 3°
MEL Lo sabía, Celestina. Sabía que estarías en la misma situación que yo, en el mismo lugar; condenadas a purgar juntas las faltas que cometimos.
CEL ¡Calla, mujer impura! No nos hagamos tontas, bien sabíamos cuál sería nuestro destino, pero lo que nunca imaginé fue nos tocaría transitar este camino juntas. Aunque admito algo de culpa en que tú estés aquí, pero ya qué, lo hecho, hecho está.
MEL No hay culpables en esto, porque el amor que sentí y que sigo sintiendo por Calisto fue lo más maravilloso que me pudo haber pasado, y si por eso estoy aquí, con gusto lo volvería a vivir todo. Todo fuera por volver a verlo, a tocarlo, a amarlo.
CEL ¡Silencio, mujer! que alguien se aproxima. Ocultémonos detrás de esa roca.
MEL Se aproximan, esa voz y esa figura se me hacen conocidas. ¡¡Pero qué digo!! ¡Es Calisto, Celestina! Mi amado Calisto, al que vine a buscar y al fin he encontrado. Dichosa yo porque ya no tengo más qué penar. Calisto, Calisto, amado mío, soy yo, Melibea, ven a mis brazos para que así mitigues esta pena que he sentido desde el momento en que te alejaste de mí por siempre, y el cual no quise que durara un día más, por eso decidí venir a buscarte.
CAL ¡Oh! ¿Me estaré volviendo loco? ¿O es verdad que mi amada Melibea está aquí, hablándome para que corra a sus brazos y permanecer juntos para toda la eternidad?
CEL Pero no viene sola, señor, y siento ser yo la que dé la mala noticia.
MEL ¿A cuál mala noticia te refieres, hechicera?
CEL Pues que tú y Calisto nunca podrán estar juntos de nuevo. Él murió porque le tocaba, en cambio tú lo hiciste contra la naturaleza cuando aún no era tu turno. Así que van a destinos diferentes. De hecho, esto no debió de haber pasado, no se suponía que se encontrarían en ninguna parte de este camino.
PÁR ¡Pero si es la puta vieja que nos condenó a este lugar!
SEMMira nada más en donde nos vinimos a encontrar, otra vez, y con la misma rabia que antes de darte tu merecido.
CEL ¡Mal nacidos sean los dos! Y bien merecido tienen lo que les pasó, porque por su culpa ya tengo otra rajada en el cuerpo, pero esta vez con el arma asesina aún encajada, la cual permanecerá allí por siempre. Maldito el día en que decidí hacerles caso, fue mi sentencia de muerte, y al parecer la suya también al pensar en mí en este negocio.
PÁR ¡Calla, maldita mentirosa, codiciosa! Que te merecías eso y más.
MEL Celestina, después arreglas tus asuntos con estos dos, ahora explícame de dónde surge esta valla que no permite que Calisto y yo estemos juntos.
CEL Es por lo que te dije anteriormente. Y para que te hagas a la idea que nunca más estarán juntos.
SEM Parece que la escalera ya está aquí, Calisto, señor es hora de irnos. No hay tiempo para despedidas, empújalo Celestina, haz algo bien y envíanos a todos a nuestro destino.
CAL (Aparte) No puede ser, la escalera se ha convertido nuevamente en la razón por la que me separo de Melibea, mi amada, la más bella estrella en el firmamento, y ahora la más lejana para mí.

Alejandra Zapata

viernes, 18 de mayo de 2012

Reseña


Siempre he creído y seguiré creyendo que una película basada en un libro jamás podrá trasmitir o hacer sentir lo que un libro te hace sentir. Una película por muy buena que sea nunca tendrá comparación con un buen libro. 

     La obra de Fernando de Rojas, La Celestina, fue llevada a la pantalla grande por el director Gerardo Vera en 1996. Protagonizada por Penélope Cruz, que da vida a la hermosa de Melibea, Juan Diego Botto, que interpreta al enamoradísimo Calisto y Terele Pávez, que hace a la alcahueta de Celestina. Actores secundarios: Maribel Verdú (Areúsa), Candela Peña (Elicia), Jordi Molla (Pármeno), Nancho Novo (Sempronio), Nathalie Seseña (Lucrecia), Lluis Homar (Pleberio), Ana Lizaran (Alisa), Sergio Villanueva (Tristán), Carlos Fuentes (Sosia), Ángel de Andrés López (Centurio) y Rodrigo García (Crito).

     Este filme no rompe la secuencia de la historia. La sigue tal cual está en el libro, aunque omite y resume demasiado los diálogos de los personajes. Los monólogos igual son resumidos a unas cuantas líneas. Esta brevedad en las conversaciones de los actores no quita los elementos importantes, ya que las cuestiones significativas de la obra sí se dan a notar a través del transcurso de la película. Otra diferencia que se puede apreciar son los cambios de escenarios. En la cinta hay unos cuantos escenarios que no aparecen en la obra de Fernando de Rojas, también hay conversaciones que se dan cuando los personajes se encuentran haciendo alguna actividad y en cambio en el libro estas charlas se llevan en total sosiego.

     Las locaciones en donde se filmó la cinta son muy acertadas, ya que llevan al espectador a la Edad Mediad. Los escenarios como castillos, calles y mercados dan una total ambientación de aquellos tiempos, al igual que las vestimentas y la música que no para en toda la película, son una combinación perfecta para envolver al amante de las películas medievales. Diría que las locaciones, el vestuario y la música son de las cosas que se pueden rescatar de esta cinta.      

     Las únicas actuaciones que yo creo convincentes y buenas son la de Terele Pávez (Celestina) y la de Maribel Verdú (Areúsa). La primera es una actriz que se metió de lleno en su papel. Sus diálogos y gestos son hipnotizadores. Muestra con una gran realidad a una vieja alcahueta y conocedora de la vida. La segunda llena la pantalla de sensualidad y de escenas totalmente eróticas, pero también su actuación es muy buena al reflejar a una ramera con ambiciones y al final a una mujer con una sed de venganza por el asesinato de su proxeneta. De ahí en más siento que los otros actores no sobresalen en sus interpretaciones.

     La película no llena todos los requisitos para ser un gran filme. Sin embargo, sirve para complementar y tener un mejor entendimiento de la obra de Fernando de Rojas. Así que si tienes la oportunidad, el tiempo y la disposición sería bueno que la vieras y entonces tú podrías hacer una crítica buena o mala, y recomendar o no recomendar esta película de La Celestina.

Erwin Alonso Ramírez

Soneto a la CELESTINA de Fernando de Rojas


Tú pones a tus curiosos lectores
Con tú tragicomedia  algo extraña
A analizar tú hermosa obra patraña
Y a tus pobres cultos conocedores

De tus dichos con segura migraña
En tus tantos actos son los actores
Que brindan elegancia y muchos humores
Y a tus personajes mucha artimaña

Que para bien o mal son argumentos
De tus creados y tu astuta hechicera
Para engañar a sus calenturientos

Obteniendo oro por su gran manera
Por chantajear a los nobles hedientos
Que en lujuria acaban sus sentimientos.

Luis G. González Vázquez.

martes, 15 de mayo de 2012

De cuentos y supersticiones


La vieja Celestina se encontraba caminando por las antiguas y polvorientas calles del aun más añejo pueblo. El sol se ocultaba de ella entre las nubes, o al menos eso es lo que se creía en esos días, aportando una ligera luminiscencia que en estos tan calurosos tiempos se agradecía mucho. Mientras la anciana caminaba entre callejones y pasadizos con su cesta rebosante de hierbajos colgando de su mano izquierda, los transeúntes se apartaban agachando la cabeza o se metían en casas y negocios; su canoso pelo en cascada se movía con la suave brisa iba vestida con un roído vestido del color de la leche agria, así como con unos alpargatas ya casi sin suela. Los niños que se encontraban con ella hacían una de dos cosas: la primera, salían despavoridos entre sollozos; la segunda, le gritaban palabrotas y le arrojaban comida podrida; a lo que la vieja bruja respondía con una gran carcajada que los obligaba salir corriendo también.
            Mi madre me contaba que esa mujer era tan vieja que cuando ella era niña ya le decían vieja y antes que ella, mi abuela había dicho lo mismo. A mí eso me parecía y aun me parece una exageración pero qué razón tendría mi madre para mentir; mi padre decía que había llegado de un lejano lugar hace más de cien años. Pero la verdad es que nadie sabía a ciencia cierta de dónde venía ni cuantos años tenía, lo que sí sabían bien era que si querían un elixir para el amor, curar lo tullido, el dolor de pies o hasta embrujar a alguien, a ella tenían que acudir.
            Un día la seguí por las afueras del pueblo hasta una pequeña casita con una chimenea de piedra negra. La vieja entró con calma por debajo del portal, yo como pude la seguí hasta dentro. Por fuera parecía derruida, pero por dentro se encontraba llena de adornos caros y porcelanas orientales. La mujer salió detrás de mí, proyectando una sombra amenazante. - ¿Qué haces aquí? -. Susurró en mi oído - ¿Quién eres y qué buscas? -. Yo, con el corazón latiendo como loco me fui rotando sin despegar la mirada, y conforme me giraba, sentía más una esencia extraña en ella. Me quede lleno de sorpresa, pues estaba experimentando sensaciones que ni siquiera había imaginado. Ya no sentí más miedo, y así, quedé a unos tres pasos de la anciana. - Soy Juan -. dije ya mas determinado. – Quer… quería saber… -¿Sí? -. me respondió. - ¿De dónde es usted? - la vieja me vio con una mirada divertida. - De donde los arboles cantan y charlan consigo mismos -. me dijo con un tono de voz divertido. - ¿Es una bruja? -. le pregunté. - No, pero si quieres te puedo contar qué soy -. me dijo en tono cada vez más alegre. Le contesté con un asentimiento. - Entonces escucha con atención -. No tuve otra opción más que obedecerle, Serré los ojos y entonces ella empezó a murmurar algo que no entendí, parecía que hablaba en otra lengua, me dispuse a preguntarle qué estaba haciendo, pero antes de que pudiera hablar vi una luz  brillante a través de mis párpados y después sentí como si cayera por un precipicio. Caí en algo duro como roca, luego, todo a mí alrededor se sentía frío, y quedé inconsciente.

Aram Alfredo Hernandez Martín.

sábado, 12 de mayo de 2012

Con sabor español


El arte culinario renacentista español, es una gran fuente de datos culturales que nos aporta imágenes acerca de cómo era la vida en dicha época. El buen comer ha ido evolucionando a medida que lo ha hecho el hombre.

         Los diversos ingredientes y artefactos que se han ido inventando o perfeccionado a través del tiempo para transformar los alimentos, han conseguido mejorar el sabor de la comida y que ésta sea no sólo un medio de sustento, sino también un medio de goce y satisfacción. La llegada del Renacimiento marcó un hecho muy importante en este aspecto y es interesante conocer cómo se desarrolló en España, la cual se considera renacentista casi dos siglos después que Italia, justo al principio del Siglo de Oro Español.
         Con la llegada de este renacer cultural, comer empieza a ser casi un arte, y hasta fue considerada un enaltecimiento del poder, ya que se convirtió en un instrumento de goce y en uno de los elementos de diferenciación social más distintivos.
         Al principio del Renacimiento, casi todas las cocinas de Europa estaban influenciadas por las cocinas romana o árabe, y en la zona mediterránea por las dos. A partir de aquí todos los países comienzan a dar su toque personal a su forma de cocinar, ya que no era tan común ni tan fácil el intercambio de productos, sino que eran decisivos los aspectos climáticos, tipos de suelo, sequías, etc. Cada región tenía sus propias grasas, endulzantes y especias para sazonar su comida. En España la dominación árabe marca sus peculiaridades alimenticias, lo cual, inevitablemente constituye una fuente de influencia para la cultura española                                
         Con el progreso y la comunicación entre países, la comida y estilo de comer borgoñona se implanta en la corte española con el Emperador Carlos, a la vez que asume los platos de influencia italiana, aragonesa y catalana inspirados en los libros de Ruperto de Nola y anteriormente del Sent Soví.[1]
         Por otra parte la obligación religiosa del ayuno y la abstinencia condicionaron la vida de los ciudadanos en cuanto a cómo y qué comer esos días, debiéndose elaborar platillos específicos.

Hay que tener en cuenta también, la enorme importancia que daban los médicos de la época a la comida como sanadora de enfermedades y la confección de medicinas, como los “electuarios” que eran elaborados alimentos mezclados con hierbas y diversas raíces.
         La cocina española carecía de tomate, pimiento, tomatillo y papas. A pesar de eso,  en esa época había una cocina espléndida, elaborada con gran diversidad de alimentos, fundamentalmente carne de carnero, aves y pescados en aquellos lugares donde era posible obtenerlos en fresco, (incluso en ocasiones platos hechos con los pescados secos o ceciales). Se utilizaba grasa de animales (cerdo generalmente) para cocinar, mucha cebolla, especias, hierbas para sazonar y aderezar, una gran mezcla de sabores dulces y agrios, se empleaba el carnero como ingrediente estrella entre las carnes, se usaba moderadamente la carne de caza, se utilizaba abundantemente la almendra seca o en forma de leche y el aderezo final de muchos platos tenía canela y azúcar. También se utilizaban las especias para condimentar y atenuar los malos olores producidos por alimentos en mal estado, pero también eran útiles para conservar carne, frutas y en la preparación de adobos junto con la miel, los agrios, las frutas y multitud de hierbas aromáticas, lo que aunado a la gran cantidad de técnicas de cocina que se conocían hasta entonces, posibilitaban la idea de preparar la comida de forma elegante y sofisticada.
         De la cocina española del Renacimiento surge la “cocina mediterránea”, aunque no realmente como la concebimos ahora. Una cocina a base de verduras, legumbres, pocas proteínas animales, rica en pescados, aceite de oliva en abundancia, mucha fruta y poco queso era imposible en esa época, y mucho menos la presencia de ciertos elementos que hoy priman en esta denominación de "mediterránea" como son el tomate, el pimiento y la patata.
         Lo mejor para apreciar lo que era la cocina del Renacimiento es conocer una receta de Ruperto de Nola de un plato que sería famosísimo en la época y que el destacado cocinero denominaba “Mirrauste”:



Tomar almendras tostadas majadas con un migajón de pan remojado con buen caldo que quede bien espeso y después vaya al fuego con una onza de canela, luego tomaras palominos y cuando estén medio asados se quitan del fuego y se cortan en pedazos que pondrás a cocer con la salsa antes hecha añadiéndole azúcar y gordura de la olla dentro de la salsa. Una vez cocido poner las tajadas de las aves con su salsa sobre un plato en forma de escudilla y encima poner azúcar y canela y así se hace el mirrauste perfecto.

Esta receta de Nola  define con exactitud cómo era la cocina de aquella época y es un pequeño ejemplo de lo que fue una cocina creativa y rica, con múltiples sabores en desarrollo un poco contrapuestos para los gustos actuales.

Ana Laura Zermeño Cuéllar.



[1] (1324) Es un recetario de cocina medieval de autor anónimo y escrito en catalán. Se dispone de dos copias manuscritas originales, que se encuentran en la actualidad en la Universidad de Valencia y el la Biblioteca Universitaria de Barcelona. Fue publicado por primera vez en el año 1952.