El blog de literatura renacentista


El blog de literatura renacentista

Publicación de los alumnos de la licenciatura en Letras Hispánicas de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (Gen. 2011-2015)

sábado, 31 de marzo de 2012

LA AMBICIÓN Y EL PODER EN EL RENACIMIENTO: LOS BORGIA.


Una familia cruel, incestuosa, con ansías de poder y capaz de librar grandes escándalos. Parece la descripción perfecta para los próximos protagonistas de una telenovela, pero en realidad me refiero a los Borgia, una familia perteneciente al Renacimiento que pasó a la historia como dignos representantes del maquiavelismo.
Aragoneses que vivieron en Valencia desde el s. XIII hasta que uno de sus miembros, Alfonso de Borja se trasladó a Italia con sus sobrinos Pedro Luis y Rodrigo; a partir de entonces su apellido se italianizó y se convirtió en Borgia. Al hablar de esta familia, tres son los personajes más destacados:

Rodrigo Borgia (1431-1503): elegido Papa en 1492 con el nombre de Alejandro VI, tuvo grandes enemigos (entre los cuales está al papa Julio II "el Papa guerrero"). En lo que refiere al plano político cabe destacar que fue esencial en el matrimonio de Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, a los que años después otorgaría el título de Reyes Católicos; fue un gran mecenas y supo mantener la Santa Sede a salvo de las codicias franco-españolas. Pero los escándalos no se hicieron esperar: Rodrigo Borgia no era un Papa entregado por completo al oficio religioso: tuvo 6 hijos durante su papado, fue acusado de simonía y de asesinar mediante "cantarela" (veneno utilizado en el Renacimiento) a varios cardenales. Pero la acusación más grave que aún planea sobre él es el posible incesto con su hija Lucrecia. Se dice que tal vez murió por ingerir su propio veneno.

Lucrecia Borgia (1480-1519): hija de Alejandro VI. Se convertiría en un peón en las tácticas políticas de su padre y su hermano César. A través de los enlaces matrimoniales, su padre Alejandro VI y su hermano obtenían aliados por toda Italia.
Era una joven culta y refinada pero fue mejor conocida como una mujer con mala reputación por los rumores de relaciones incestuosas con su padre y su hermano César, esta reputación la siguió hasta su muerte causada por fiebre puerperal el 14 de junio de 1519. Sin embargo nunca se correrá el velo tras la verdadera Lucrecia: ¿fue víctima de la ambición o parte de ella?

César Borgia (1475-1507): podría decirse que gracias a él, surgió el término “maquiavélico”, explotó el poder de su padre el Papa y utilizó a su hermana Lucrecia para establecer relaciones políticas, asesinó a su hermano para obtener el cargo político de este último y contrató a Leonardo Da Vinci para que le fabricara maquinaria de guerra. Fue educado para una carrera en la Iglesia pero es claro que no tenía vocación religiosa. Fue un político militar, hombre temido debido a sus tácticas crueles para llegar a sus objetivos; logró unificar varios señoríos italianos entre ellos Forli, Faenza y parte de Italia central. Murió el 11 de marzo de 1507 víctima de la traición. César sirvió de inspiración a Maquiavelo en su obra “El Príncipe”.

Los Borgia son un ejemplo de la importancia que se le dio en el Renacimiento a la política y al poder. Existe toda una leyenda en torno a esta familia, eliminaban a cualquiera que se interpusiese en su camino, unas veces de forma sangrienta y otras veces utilizando el famoso “veneno de los Borgia” o "cantarela".
Existe toda una visión negativa alrededor de esta familia, muchos historiadores incluso la consideran la primera familia de la mafia.
En realidad los Borgia fueron víctimas de su propia ambición, claramente en la carrera por el poder y el respeto “el fin justificaba los medios”, además la sociedad italiana percibía a los Borgia como extranjeros que se apoderaban de territorio italiano y lo manipulaban a su antojo, esta fue una de las razones por las cuales en más de una ocasión fueron víctimas de felonía. Esta familia  es recordada como una familia de traidores; los Borgia cavaron su propia tumba y son la personificación de las palabras de Lord Byron: “La sangre sirve sólo para lavar las manos de la ambición”.

 C.A.G.Rangel

Fuentes de información:
Los Borgia: un linaje valenciano en Historia National Geographic Edad moderna, Renacimiento (siglos XV Y XVI).
Lucrecia Borgia en Historia National Geographic Edad moderna, Renacimiento (siglos XV Y XVI).
Biografía: César Borgia en www.cesarborgia.com

viernes, 30 de marzo de 2012

La cara del Ángel Caído

                                                                                                                                           @Manzayers

Al llegar al final del camino, el hielo cubría cada rincón del lugar, mi cuerpo temblaba de escalofríos y miedo, era una sensación aterradora que no podía retener, mis manos no dejaban de moverse y mi cuerpo, tambaleante, se aferraba a la cintura de mi maestro. Cuando logré girar mi cabeza para poder observar a la criatura que se encontraba en el centro de ese lugar lleno de hielo, pude ver que era inmensamente enorme, más grande que un gigante, con tres caras en su rostro; la del centro de color rojiza las otras dos se acoplaban a la mitad de los hombros, la cara de la derecha de color ámbar y la de la izquierda de color negro, debajo de estas caras sobresalían dos alas como de murciélago, de su boca salía una baba llena de sangre y la mitad del cuerpo de un condeno, que torturaba con sus afilados dientes.

Sin embargo, observándolo detenidamente Lucifer era muy hermoso, su aspecto era imponente, y su contorno lleno de músculos fuertes y enormes, sus alas le daban una imagen angelical y de poder, tanto así, parecía un seductor peligros. Al agitar sus alas, parecía que realizaba una danza sublime y engañosa, produciendo tres tipos de corrientes de aire helado que formaban esa densa capa de hielo congelante. Todo él me producía una excitante e impura atracción. Gran magnificencia por aquel ángel caído. Trate de formar palabras para preguntarle a mi maestro y sólo logre tartamudear, era impactante estar frente al rey de la oscuridad pero al mismo tiempo el miedo se apoderaba de mí.

Mi maestro giró su cuerpo y me dijo:
- Mira, Dante, esto es lo que tenías que conocer y ver para entender por qué cada ser humano es llevado por su mayor pecado a sufrir el dolor para toda la eternidad. Él es el único capaz de soportar tanto dolor, y de producir tanto mal.
- Ma… maestro.

De mi boca no salió ninguna otra palabra, mi mano derecha se levantó sobre el hombro de mi maestro señalando a Lucifer, que se acercaba hacia nosotros. Cuando mi maestro volteó, sintió el roce de la punta del ala derecha de Lucifer; una sensación de inmenso calor nos cubrió y de un movimiento rápido mi maestro nos llevó a la entrada de este lugar, desde donde observé cómo en un círculo de unos cinco metros alrededor de Lucifer, las llamas del fuego lo rodeaban hasta alcanzar alturas de mas de diez metros. Una combinación de humo helado se alejaba al contacto con el fuego, sin embargo, el lugar seguía lleno de hielo.

- Será mejor que no tentemos a la suerte Dante, esta vez estuvimos cerca, es hora de partir, nuestra hora de dejar el otro mundo está cerca y te lo acaban de decir, la punta del ala nos pudo consumir en llamas, subamos a donde debemos estar.

La condena del espejo


Nayra Neovalerious


La historia que he decido contar en este momento es tan real como todas. Tú, que puedes caminar entre los muertos, comprenderás que los espíritus que aquí habitan tienen siempre una historia que merece ser escuchada una vez antes de que se quede en el olvido, como ocurrió en vida. Esa mujer de allá es una como muchas otras que deciden usar su cuerpo para vivir, lo sé pues yo mismo la conocí en ese entonces cuando la carne dominaba si ser. Ya al final de la jornada ella estaba cansada de andar por un mundo que sólo pretendía comérsela con funestas miradas. Su espíritu ya no soportaba que alguien la sumergiera en mil condenas que sólo se parecían en que serían eternas; para todos ese era el espíritu de alguien que decide vivir su vida como si no existiera Dios ni consecuencias.

Ella era una de esas niñas que nació bajo el humilde techo de una casa campesina, en el quinto recorrido que la luna hace en el cielo el tercer mes del año. Sus ojos azules llamaron la atención de las estrellas y su cabello dorado hacía soñar a los campos con fundirse en su radiante belleza. No había, en todo el pueblo, una sola persona que no quisiera compartir su lecho con ella, pues tanto hombres como mujeres iban a su encuentro sin pensarlo siquiera, siendo controlados por su inigualable hermosura. Pasó un tiempo antes de que la frágil flor se diera cuenta de lo que causaba.

Cierto día de verano, cuando la luz ámbar de las seis de la tarde bañaba los alrededores, la bella joven decidió tomar un camino diferente para llegar a casa y cruzar el río que cruzaba la ciudad. Portaba una cesta llena de duraznos en su cabeza, los cuales equilibraba con destreza. Sin embargo, al no ver una roca en su camino, terminó por tambalearse un poco y casi dejar caer su cargamento. Pese a eso, uno de los frutos cayó inevitablemente al agua y, al extender una de sus delicadas manos para tratar de atraparlo sin éxito, no pudo evitar mirar en ésta su reflejo. Muchos dicen que se admiró tanto de su hermosura ese día que dejó la cesta a un lado para sentarse junto al agua y contemplar todo el día su imagen. Se retiró cuando la luna brillaba más que ella.

Muchos dicen que cuando alguien se da cuenta de su belleza puede llegar a ser un peligro para los demás, pues se da cuenta del poder que tiene. Así lo hizo ella, y durante años trajo tanto a hombres como a mujeres a la perdición con tal de obtener todo lo que deseaba. Nunca tuvo límite alguno que la frenara, hasta que la muerte causada por amar a demasiadas personas terminó por castigarla y hacer que se pudriera por dentro.

Ahora puedes contemplar su desdichada alma y, ¡oh, ten piedad de ella! Es mejor a veces quedarse ciego y jamás darse cuenta de la capacidad que tenemos de pecar. Ella está ahí, en este octavo círculo, apartando eternamente con las manos el estiércol que no le deja ver su reflejo.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Selene, se si lascia che Luna


Selene, se si lascia che Luna

Selene, si dejas que Luna por
ti caiga y aún así la sostienes,
por ello yo mantengo mis ojos fieles,
para que enciendas este mío ardor;

que por cerrarlos, mi alma de pavor,
se torna sombrío cuando tú no vienes,
mantén el blanco brillo para quienes
soñamos su mirar abrasador.

Por el ingente gozo de quietud
con el único escuchar de las brisas
que sofoca el fulgor de la vela.

Y así conservar a Jeshua cual luz
deste firmamento de sombras fijas
haciendo de la noche duermevela.

Helena Colombé